domingo, 8 de noviembre de 2015

OTELLO EN EL SODRE

OTELLO
OPERA DE GIUSEPPE VERDI SOBRE LIBRETTO DE ARRIGO BOITO BASADO EN LA OBRA HOMONIMA DE WILLIAM SHAKESPEARE
CORO Y ORQUESTA ESTABLES DEL SODRE
DIRECION MUSICAL – PEDRO PABLO PRUDENCIO
DIRECTOR ESCENICO-PABLO MARITANO
DIRECTOR DEL CORO- ESTEBAN LOUISE
ESCENOGRAFIA E ILUMINACION-ENRIQUE BORDOLINI
VESTUARIO-SOFIA DI NUNZIO
AUDITORIO NACIONAL ADELA RETA
SODRE-MONTEVIDEO

El Sodre continuó con la política de apuntar alto en el repertorio elegido, orientándose a operas de montaje complejo y caro como fue el caso de EUGENIO ONEGUIN,TURANDOT Y AIDA. Como en los casos precedentes se recurrió a los convenios con otros Teatros Líricos y a la importación de puestas estrenadas en otros Teatros, que en general resultaron todas de buen nivel como espectáculo aunque en algún caso    ( EUGENIO ONEGUIN ) haya sido materia opinable su adecuación al texto que se estaba presentando.
Otello es una obra particularmente compleja de montar, no sólo porque está escrita para un tipo de tenor que está en vías de extinción, sino porque requiere por los menos otros dos intérpretes de gran nivel e incluye una exigente participación del coro y la orquesta.
La parte espectáculo estuvo bien cubierta por la escenografía y el vestuario del Maestro Bordolini , que son imponentes. Diría que lamentablemente se notó mucho que habían sido confeccionados tomando en cuenta un escenario mayor que el del Sodre , sobretodo en todo en términos de profundidad. La enorme escenografía pareció abigarrada en el menos espacioso escenario del Sodre y los movimientos se hicieron más difíciles.  Y no sé si fue por el problema de espacio o por limitaciones técnicas, pero algunos de los efectos originales ( la tormenta inicial por ejemplo ) impactaron menos que en La Plata.
La dirección de Maritano no pareció distanciarse mucho de lo visto en La Plata, salvo algún detalle aquí o allá principalmente respecto de los solistas, y que muy probablemente se haya debido a las personalidades diferentes de los participantes. Y  una bienvenida simplificación de los movimientos de la soprano en la última escena. A mí siguió pareciéndome una muy lograda exposición del drama de la obra, con un manejo inteligente y sensible de los intérpretes y un buen uso del coro en las escenas de conjunto, pese a lo cual siguió no gustándome la inclusión del Teatrito en el primer acto y mucho menos lo que encima de él se representa.
En relación a La Plata salió muy beneficiado en el aspecto actoral por el tenor, perdió bastante con el Iago , y mucho más con el coro y los intérpretes de personajes menores que tuvieron un desempeño menos convincente que sus predecesores.
El coro en particular me pareció falto de ensayos en cuanto a los movimientos y en lo musical con una tendencia a no sonar como una masa coral bien integrada sino como una adición de voces.
La orquesta también fue de calidad oscilante con un 1er.acto flojo , mejorando después.
Me pareció que Prudencio se vió limitado en su labor a tratar de mantener el navío a flote , no sobrándole mucho tiempo para exponer una visión personal sobre la partitura. Se creó problemas a sí mismo con los tempi acelerados del 1er acto que degeneraron en varias entradas a destiempo fundamentalmente del barítono, y al menos en un caso hasta del tenor.
Javier Mayo Cordero ( Roderigo )estuvo correcto en un papel que no parece el más adecuado para su voz, muy lírica. Gerardo Marandino dio con gran desenvoltura  la borrachera inicial, pero luego se lo vió demasiado aniñado y saltarín  para ser un oficial del Ejercito a cargo de la tropa. Cantó con una buena, robusta voz, algo exigida en la zona aguda.
Bettina Victorero fue virtualmente inaudible en el segundo acto, se la oyó a la par de Marambio ( lo cual no es poco ) en el concertante del tercero y fue más bien anodina en la escena final. Correcta como actriz no causó ninguna impresión en particular. 
Alvaro Godiño impactó en su breve frase reiterando que posee una voz interesante que es de esperar sea debidamente cuidada y desarrollada. Marcelo Otegui sonó impecable como Ludovico. Pasa por un gran momento vocal. En el plano actoral no entendí muy bien por qué se optó para una presentación tan amanerada del personaje y de sus acompañantes, que el cantante mostrando una vez más sus poco frecuentes dotes histriónicas ejecutó con gran destreza.
Angeles Maureen  Marambio en Desdemona luchó contra su voz que tiende a ser demasiado contundente para el papel. Muy inteligentemente apianó toda su participación en el primer acto, pero esto no fue en su beneficio porque  los pianos no son la zona más atrayente de su voz. Se lució en cambio en la escena del concertante donde pudo desplegar su poderío vocal y obtuvo un muy buen cuarto acto donde presentó una Desdémona más contundente vocalmente que lo habitual, pero muy dentro de la partitura y del personaje. Yo con franqueza la hubiera traído para hacer otros papeles más afines a su vocalidad.
Después de haber visto 4 Desdemonas en esta producción , me atrevo a tocar un tema espinoso. Algo hay de errado en el vestuario o en el peinado o en ambas cosas que hace las intérpretes del papel luzcan varios años mayores que el personaje y que ellas mismas cuando no están escena. Yo pensaba que eran las pelucas, pero aquí fueron simplificadas y el efecto se presentó igualmente.  Y , tal como ocurrió con las  predecesoras, Marambio pareció sacarse 10 años de encima cuando salió a cantar el último acto.
Rodolfo Giugliano es un actor correcto, con buenos momentos de expresividad facial y una marcada dureza en los movimientos corporales. Vocalmente impresionó cada vez que ataco la zona aguda donde posee una voz potente, segura y de agradable timbre. Pero en su registro medio se hizo a menudo difícil oírlo  y varios de los graves fueron más bien escamoteados con recursos histriónicos.
Enrique Folger cantaba por primera vez en su carrera el Otello y debió anticipar en un día su debut previsto originalmente para el Sabado por enfermedad de Carlos Ventre que era quien estaba programado para hacer la función del estreno. No creo que el cambio haya significado para él un gran perjuicio ya que debido a la llegada tardía de Ventre, fue él quien hizo la mayor parte de los ensayos y con los dos elencos  ( el suyo y el de Ventre )
Otello es un papel cumbre en la carrera de cualquier tenor y es además uno de los papeles más difíciles del repertorio operístico, excluyendo quizás a los de Wagner.  No es un rol que se  llegue a dominar en una presentación, siendo un papel complejo en el cual un cantante inteligente y dedicado va creciendo con cada interpretación sucesiva, y en este sentido lo lamentable es que si no sale del circuito BA-La Plata-Montevideo Folger tendrá muy pocas oportunidades de repetirlo y crecer con la frecuentación ya que no creo que haya tantos Otellos en los planes de nuestros teatros. Sería realmente una pena que el importante trabajo realizado no lleve a través de la reiteración y la maduración a la composición excepcional que esta noche logramos intuír.
Es notable lo que Folger ha hecho  y su interpretación es ya un logro destacable, un triunfo digno de aplauso . Folger no posee ni un volumen vocal atronador ( si bien su voz dista mucho de poder ser calificada de pequeña ) como normalmente se asocia a Otello , ni posee un físico de la robustez que uno asocia al personaje, dominante y temido.
Pero tiene toda la musicalidad, la inteligencia, la entrega dramática requeridos. Fue el suyo un Otello doliente con arranques de descontrol y violencia y vocalmente un Otello esencialmente lírico muy al estilo de lo que hizo Domingo con el papel, si bien cabe consignar que la voz de Folger lució mucho más oscura y con graves bien más rotundos que los de Domingo cuando debutó en el papel.

En suma fue el suyo un gran logro interpretativo al cual a uno le gustaría volver en sucesivas presentaciones para ir disfrutando de la progresiva maduración de la parte.

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